Aunque los científicos todavía están trabajando para comprender mejor cómo el alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama, sabemos mucho sobre algunas de las maneras más probables en que ocurre. Presentamos 3 de ellas.
El consumo de alcohol aumenta sus niveles de estrógeno, una hormona importante para el sistema reproductivo de la mujer. Las mujeres que beben alcohol con regularidad muestran niveles más altos de estrógeno en sus cuerpos en comparación con las mujeres que no beben. El estrógeno puede favorecer el crecimiento y la multiplicación de las células mamarias, lo que puede provocar un aumento de la densidad mamaria, y se sabe que una mayor densidad mamaria aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
El alcohol reduce sus niveles de folato. El folato es una vitamina B que se encuentra en muchos alimentos, como los frijoles y las verduras de hoja verde. El consumo de alcohol dificulta la absorción del folato y de otros nutrientes. El folato es importante para la formación y el mantenimiento del ADN. Si la forma en que se produce y mantiene el ADN se altera, el ADN de una célula puede resultar dañado, lo que a su vez hace más probable que la célula se vuelva cancerosa.
Si desea leer más al respecto, aquí hay una buena revisión sistemática y metaanálisis (traducción: un estudio que obtuvo datos de muchos otros estudios y analizó todos los datos juntos).
Cuando bebe alcohol, el cuerpo lo descompone en una sustancia química llamada acetaldehído. El acetaldehído es un conocido carcinógeno (agente cancerígeno) que daña su ADN y evita que su cuerpo repare el daño. Cuando el ADN de una célula está dañado, es más probable que empiece a crecer sin control y se convierta en cancerosa.
Otra buena revisión de lo que sabemos sobre los efectos cancerígenos del acetaldehído. O bien, una visión general de cómo funciona.
Aquí están los documentos a los que nos referimos. ¡Léalos usted misma!